Enrique Romero: El caballo en el rejoneo
Así como el toreo a pie tiene su peligrosidad, igualmente lo tiene el toreo a caballo, ya que está en juego no solo la vida del torero, sino también la de su caballo y por supuesto la del toro; por eso se considera un deporte que solo las personas osadas, seguras de sí mismas y con una gran capacidad de dominio del animal pueden participar en este espectáculo taurino. El rejoneo como también se le conoce al toreo a caballo, se le considera un deporte muy peligro, inclusive hubo un tiempo en donde el vaticano prohibió su práctica.
A principio del siglo XX, el rejoneo empieza a tener un sitio muy importante en las corridas de toros, esto es debido a la gran atracción que ofrece el rejoneador montado en su caballo ejecutando movimientos que capan la atención del público, el cual los premia con sus aplausos. Entre el jinete y su compañero equino tiene que existir una química muy especial y una entrega total día tras día, que durará no solo mientras brinden este espectáculo, sino también para toda la vida y es un lazo que los unirán para siempre.
El caballo es pieza fundamental para que exista el rejoneo ya que su gran agilidad y fuerza, puede ejecutar las suertes, que son movimientos que realiza el torero de a pie con su capote o muleta, este animal lo hace magistralmente con una gran seguridad. Para poder realizar todos los movimientos, el caballo tiene que pasar por una serie de entrenamientos que les permiten ser capaz de afrontar con serenidad al toro que por naturaleza es muy fuerte y peligroso.
El entrenamiento del caballo de rejoneo demanda de paciencia, tolerancia, amor, trabajo y tiempo, esto con la finalidad de que entre el animal y el jinete se establezca confianza y seguridad y esto se logra poco a poco. Cuando ya el caballo tenga seguridad en su jinete ya puede entonces, ser entrenado con un toro de madera manejado por una persona, para que vaya adquiriendo seguridad y serenidad al momento de enfrentarse al toro verdadero.
Es normal que durante el rejoneo el público se entusiasme, aplaude y grite, y todos estos ruidos pueden asustar al caballo, por eso es importante que el jinete tenga un control sobre el animal y esto se logra gracias a la trayectoria y conocimientos que tiene el torero. Esto permite evitar que, durante el espectáculo, el equino pueda tumbar al jinete y salir huyendo.
Ningún caballo está libre de tener un tropiezo, por eso se lleva a cabo una exhaustiva preparación para convertirlos en animales con gran flexibilidad y templanza. No todos los caballos son buenos para el toreo, por eso tiene que ser agiles, pero a la vez pasivos.
Para participar en el toreo a caballo, el animal debe reunir ciertos requisitos fundamentales como fortaleza, buen comportamiento, valor, rapidez y docilidad y es por eso que Enrique Romero Fernández explica cuales razas de caballos son las recomendables:
- El caballo andaluz: Es una raza de caballo español proveniente de Andalucía, se le conoce oficialmente como pura raza española. Este animal mide entre 153 y 175 centímetros de alto, posee un cuello fuerte, una cola elegante y un trote erguido.
- El caballo inglés: Es un caballo fuerte, veloz, regio, valiente e inteligente, pero también es muy sensible, mide aproximadamente 1.63 metros de altura, tiene un cuello largo y musculoso, cola larga y patas con mucho pelaje. Estos ejemplares provienen del cruce entre yeguas inglesas y sementales árabes, para dar como resultado animales muy veloces.
- El caballo árabe: Su altura oscila entre 1.45 y 1.53 metros, posee una cabeza refinada, frente amplia, ojos expresivos y un cuerpo robusto y fuerte. Son animales muy dóciles y tranquilos, los que los convierte en una raza muy adecuada para el rejoneo.