Enrique Romero: Castas del toro bravo
Los toros bravos son animales que se caracterizan por su bravura, cuernos muy grandes, cuerpo fornido, poderoso aparato locomotor e instintos ancestrales de defensa y cuando aparece en escena, infunde respeto, valentía y en muchos de los casos, un gran miedo. Estos ejemplares provienen de las razas originarias presentes en el territorio continental europeo situado al sur de Los Pirineos, conocido también como la Península Ibérica y comprende gran parte de España, Gibraltar, Andorra y Portugal.
Los toros de bravos provienen del toro salvaje de la Edad Media y que hoy en día, podemos verlo tanto en corridas de toros como en los encierros, para que estos hermosos animales logren cautivar al público amante de la tauromaquia deben contar con una buena alimentación y crianza, además de sus características físicas. El toro que actualmente tenemos es el resultado de una selección realizada desde al inicio del siglo XVIII que se hizo con la finalidad de que tuvieran rasgos que lo hicieran ideal para la lidia.
De este cruce, se originaron las primeras castas fundadoras, de las cuales se desarrollaron las diferentes ganaderías descendientes, la casta revela la estructura y funcionalidad de cada animal, además de todas las características que el toro hereda. Enrique Romero Fernández explica cuáles son las principales castas de toros bravos que existen en España y entre las cuales tenemos:
- Casta Cabrera: Esta casta surgió a mitad del siglo XVIII y se caracteriza por ser unos animales de miembros alargados, tronco corto, de movimiento desmesurado como consecuencia del gran desarrollo de la masa muscular sobre todo en el lomo, dorso y el tercio posterior. Presentan una cabeza grande, voluminosa y alargada; el cuello es musculoso y alargado, con el morrillo poco sobresaliente.
- Casta Navarra: Los toros bravos de esta casta, tienen cabeza pequeña, morro ancho, cuernos cortos y dirigidos hacia arriba, de pecho ancho y profundo, con papada poco pronunciada. Las extremidades menudas y finas, con pezuñas cortas, además presentan una grupa no muy desarrolla, el pelaje característico es el colorado en todas sus variantes y el negro en menor grado.
- Casta Gallardo: Su cuello es corto, el morrillo sobresaliente y desarrollado, costillares arqueados, pecho ancho, extremidades cortas y aplomadas. Su cabeza es chica, más bien chata, sus cornamentas son muy vistosas y de un tamaño medio, de piel fina con un gran desarrollo muscular en el torso, tercio posterior y lomo; el pelaje de color cárdeno y negro, son los más frecuentes.
- Casta Vazqueña: Son toros de tamaño mediano, piel gruesa, extremidades cortas y rechonchas; sus cornamentas están muy desarrolladas, poseen una gran variedad de pelajes entre los cuales destacan: negros, melocotones, ensabanados, castaños, colorados, tostados, cárdenos, salineros, manchados y sardos.
- Casta Jijona: Esta es una de las siete castas fundacionales de la raza de toros de lidia, reconocidas por las leyes españolas, su origen se remonta hacia el final del siglo XV, aun en la actualidad podemos apreciar en algunas ganaderías, ejemplares de esta casta antigua. Son reses de gran talla, con extremidades livianas, cuernos desarrollados y de pelaje de capas oscuras y coloradas.
- Casta Morucho-Castellana: Surge en el siglo XV y actualmente se encuentra extinta ya que no se conoce ninguna ganadería que posea algún toro vivo que pertenezca a esta casta. Se tiene conocimientos que eran animales de gran tamaño con ojos prominentes y con un pelaje negro, de un carácter bravo, pero a su vez dóciles durante la suerte de vara.
- Casta Vistahermosa: Tiene su origen en la segunda mitad del siglo XVIII y es la casta de donde se derivan la mayor parte de los toros de lidia. De cuerpo robusto, cabeza pequeña, cola y patas finas, de pelaje negro, purpúreas, colorados y castaños.
Cuando hablamos de la casta de un toro, nos referimos a sus múltiples características tantos físicas como de su comportamiento, heredadas durante los cruces que se han llevado a cabo durante mucho tiempo.
Ver Fuente